Un caso curioso al respecto es el de Francis Bacon, no el barón de Verulam, vizconde de San Albano, canciller de Inglaterra, no me refiero al pintor expresionista, Irlandés-inglés-español 1909-1992. En su estudio almacenaba una pila de recortes, papeles sucios y toda clase de porquerías. No sé ni cómo entraba.
Pero claro si me pongo a describir los objetos que me han inspirado, la lista me resulta apasionante:
Una piedra de Lanzarote
Una figura de un grifo dorado (me refiero al animal mitológico)
Una calavera de madera de 5 cm de alto
Una lámpara de aceite traída de Jerusalén
Un destornillador de hierro forjado de Sheffield, acompañado de un formol
Tela de tarlatana
Una caja de latón con una cuchilla de afeitar antigua.
Una lupa de mesa
Un candelabro
Una figura de la torre Eiffel
Una cinta de la medida de la Virgen del Pilar
Cinco carnés de estudiantes, federaciones deportivas y abonos transporte caducados
Una plomada profesional,
Una cadena de soldado.
Cuatro libretas llenas de pensamientos
De los libros mejor no hablamos
Una Zampoña peruana
Algún juguete de la infancia (click o algún guerrero imperial de stars wars)
Como hacer frente a eliminar estos tesorillos?? No se puede, todos tienen una utilidad infinita. Serán útiles para alguna pieza venidera.
Bueno el caso es que el estudio perfecto es el que mejor se adapte a las necesidades de uno. En mi caso necesitaba una distribución de las cosas que me obligara a ser ordenado. Obviamente no dispongo de mucho espacio, así que si tengo 6 metros cuadrados , tienen que ser lo más dinámicos posibles. Al fondo de la habitación, frente a la ventana, he colocado una mesa de 50 cm de fondo , por 100 de ancho. Es ampliable a 100x100, lo necesario en “cerrado” para el pc y en “abierto” para poder dibujar leer o escribir. Al finalizar su uso en abierto hay que obligarse a cerrarlo, de lo contrario es un lugar de sedimentación seguro.
A la derecha de esta ocupando el espacio restante hasta la pared, un mueble verdulero. Una estructura con ruedas de superficie 24x40 cm, unos 70 de alto y tres cajones. Modelo Antonius de la tienda ikea.
En la parte superior coloco los pinceles y la paleta (me gusta de cristal, se limpia muy bien con una cuchilla). Debajo pongo las pinturas y pinceles a uso en el primer cajón, las herramientas barnices y demás usos próximos y por ultimo la cubeta con papel y trapos. No hay que llenarla mucho para que no pese al moverla por la habitación.
En la pared contigua el caballete (con ruedas por supuesto), nada más que el lienzo que esté trabajando y detrás un tablero para dibujar sobre papel. En el tablero pondré cuatro pinzas para sujetar el papel y una hilo de bramante que me sirve de guía.
La habitación tiene un paso más estrecho e impracticable para trabajar, así que lo empleo para poner una estantería con puertas. Las puertas son fundamentales, de lo contrario cada cosa que me encuentre la pondré allí y termina siendo una colmena de restos apilados.
Las luces, de neón (día) en el techo y un flexo en la mesa. Todo muy austero. Y no se me puede olvidar, en la pared dos planchas para imanes en las que colocar los papeles a modo de cartelera.
Finalmente la silla de trabajo, solo una, tanto para la mesa como para el caballete. Con ruedas y lo más cómoda posible.
Nada más, ni un cuadro en la pared, si acaso alguna foto.
Con esto puedo estar muy cómodo con cada cosa en su sitio. La premisa es cerrar todo al finalizar la sesión, y tirar todo aquello inspiratorio que no he usado en los últimos seis meses.
Ya estoy trabajando en él. Un saludo