31/12/08

Termina el año en la casa de muñecas


Hace exactamente un año que empezó este año que hoy termina. El caso es que hoy me acuerdo de "el pato salvaje" de Ibsen. Un buen amigo me regaló esa obra de teatro cuando me casé. Trata de las relaciones de un joven matrimonio en las que se puede entre leer la exajeración de uno de los miembros que al ahondar en todos y cada uno de los misterios de su pareja, pues acaba rompiendo la "magia". La situación es la de una laguna en la que el agua cristalina permite ver más o menos el fondo. Al disfrutar del arte, mantener cierta distancia con la obra que se visualiza, es bueno. Ibsen cuenta como el pato salvaje, interesado en ver como es el fondo real y absoluto de la laguna, bucea hasta tocarlo... pero ahí esté el drama que al tocarlo, sin respetar el devenir de las aguas y las corrientes, se enfanga todo. Todo se hace más borroso e incomprensible. Como no darse cuenta de que no todo esta en nuestras manos de espectador. hay que dejar el misterio de la creación al autor. El artista esta para algo, para traducir y ofrecer una visión de las sociedad. No podemos juzgar como espectadores desde nuestro conocimiento, haciendo del valor un total. El juicio del arte solo incumbe al que lo recibe y desde su subjetividad puede confrontar opinión con otro espectador. No hay arte sin juicio, pero tampoco lo hay sin misterio, sin confianza en un trabajo realizado desde el afán y el oficio. Otra cosa es que no guste, pero existir existe. Como todo. Hoy es día de renovación de votos, de deseos y para mí, solo quiero pensar en no dejar de tener "deseos de deseos" como dijo San Ignacio. Hasta el año que viene.