
De todo eso algo nos queda a los pintores. En el caso de la pintura, es como los grandes mamíferos. Los rinocerontes con sus cuernos sobre la nariz. Los elefantes, con su trompa en la nariz...Las ballenas que son mamíferos acuáticos, con nariz...no sé pero a mi me da en la nariz que estos supervivientes de la evolución, son como los pintores. Son los últimos bichos raros que quedan de tiempos remotos. No son raros del todo pero tienen algo peculiar, un cuerno, una trompa miles de dientes largos como pelos. Y además los tratan de cazar para poner sus triunfos en los salones.
Los niños empiezan la lectoescritura con técnicas de dibujo. Con códigos de forma propias de la pintura. Por eso es tan importante pasar horas con ellos pintando. Creo que pertenece a la formación que más les puede ayudar en el futuro. aunque luego no la empleen en eso. En estos tiempos, la pintura en manos de un niño se puede convertir en una trompa, un cuerno o unos dientes largos como pelos. Algo anexo pero identificador. Un atributo, una nota de color, pero algo suyo. Al mismo tiempo hay que dejarles libertad. El famoso "no se sale al colorear" hay que dejarlo en el colegio, olvidarlo en casa para que represente las cosas como le de la gana. Diferenciar la pintura en la que se le enseñan los recursos educativos, de la pintura en que se enseña a pintar o a representar. La frontera es muy sutil pero merece la pena.