10/12/08

La muerte y el arte


A lo largo de la historia del arte la representación de la muerte ha tenido infinidad de representaciones. Desde los diferentes dioses de la muerte, los cuadros de pintura docente como los de Valdés Leal y toda la iconografía religiosa que trataba de explicar la muerte con sus aspectos positivos y negativos para los creyentes en el más allá y los no creyentes en el más acá. La muerte genera uno de los grandes temas de la filosofía y el arte. La muerte es tiempo. Para mi la muerte en el arte, hace tornar a sedimento de memoria y algunos objetos que desaparecerán con el paso del tiempo y que por supuesto son las inmortalidades de cada uno. La muerte genera
gran número de contradicciones. Realidades 100% seguras (todos los seres humanos moriremos) e inseguridades 100% absolutas (alguien nos recordará?) en nuestro caso, una pregunta. Los artistas ¿son inmortales?
Si miramos los periódicos con atención , podemos ver una vez al mes alguna noticia sobre Picasso. Lo que sea, una exposición, un libro, alguna pieza encontrada, un escándalo, un robo de obra, algún rasgo de carácter, alguna película, la influencia de éste sobre otro artista... miles de posibilidades a multiplicar por n. Pero son realmente las piezas que quedan inmortales? y me refiero Picasso porque lo considero el más grande. Todo lo que tocó lo convertía en "oro" o en "mierda" pero decidía sobre el asunto. Cuando Picasso empezaba, en su época había artistas que gozaban de una fama impresionante, y hoy son totalmente desconocidos...eso ha pasado y pasará siempre. Por muchas urnas de protección en las que pongamos las piezas de Leonardo, o por todo el cuidado que pongamos en mantener la Sixtina con los frescos de Miguel Ángel...esos pasarán, se caerán, el tiempo eterno lo destruirá todo. No es alentador desde el punto de vista de apoderarse del futuro. En el arte contemporáneo de hoy en día, de lo que el artista se apodera, es del presente de crear la obra, el aquí y ahora. Quizá por extensión y normas de consumo, el visitante o receptor le prestará algo de su tiempo, pero todo será poco, por eso hay que disfrutar el arte de hoy con un "tempo" marcado entre una experiencia artística y otra. La eternidad esta en el cielo, el arte esta para disfrutarlo un tiempecillo .

7/12/08

Los años ochenta en Madrid


El Arte de nuestro tiempo , resulta heredero del pasado, aunque se oponga o lo niegue. En los años ochenta, surgen en Madrid infinidad de artistas que vienen a cubrir una necesidad. La sociedad del momento necesita producir y consumir todo tipo de lenguaje. Lo anquilosado y gris se ve envuelto en el colorido del eclecticismo, o estilo de los estilos. En los años ochenta las vanguardias parten de un triángulo amoroso que es la publicidad, el diseño y la moda. La fantasía y la imaginación pasaron a ser puntos cardinales de una nueva comprensión de la realidad. No veníamos de la guerra pero si de un periodo coartado y sesgado . Los bancos, las empresas que empezaban a gozar las mieles de los libres mercados necesitaban potenciar las instituciones y crear un consumo de arte. Nace ARCO, la feria de arte contemporáneo. Las galerías y los fondos de arte de la fundaciones. En ese eclecticismo se genera un clima intelectual muy atractivo pues es joven, desenfadado y en el caso de la pintura es un billete de ida hacia el exterior. Por otra parte España se muta a un estado aconfesional y la pintura religiosa , casi desaparece. Las exposiciones despiertan asombre o de nuevos lenguajes, por tanto se masifican. El arte se profesionaliza y genera un estilo y forma de ser de la realidad social española. Autores muy jóvenes como Barceló, José María Sicilia, Broto, Guillermo Pérez Villalta, son los más conocidos. También están mis favoritos de aquella época Carlos Alcolea y Manolo Quejido, Eva Lootz, y Adolfo Schlosser. Aquello si que fue un todos a una, había sitio para casi todo le mundo y en especial para galerias como Amadis-Daniel y Buades, esta última la mejor galería que hubo por Madrid hasta su cierre en 2003. Aquello fue un movimiento de arte, para mi el último conocido en España. Antecesor de lo ocurrido luego en Inglaterra y en las bienales. Hoy no veo nada parecido. Mucho individualismo y poco apoyo a los grupos.